Sí, gané un concurso con esta tarta. Una protectora de animales que hay en la localidad en la que vivo, ASCAN (Asociación Solidadria de Conciencia Animal) organizó el pasado sábado un concurso de tartas para sacar dinero para la protectora. Mis amigas me animaron a presentarme y lo hice.
Había tartas muy chulas y muy ricas, no fue fácil. Me hizo muchas ilusión pero a mi hija, más todavía, y no es para menos porque ella modeló el perro.
La tarta es de oreo tanto el bizcocho como el buttercream.
Soy partidaria de adoptar animales, y quítemonos de la cabeza la idea de que on chuochos (con todo mi respeto para ellos), el que quiera tener uno de raza lo puede tener. Yo tengo un labrador, Coco, adoptado y también tengo una gata, Sora, que mi hijo se encontró en la calle recién nacida.
A mi hija pequeña le encantan los animales y en concreto los perros y los caballos. El caballo es más complicado de tener pero un perro es asequible. Así que un día nos decidimos regalarle uno y la erdad es que en ningún momento me planteé ir a una tienda y la razón principal fue egoista. Pensé que en una protectora me iban a aconsejar mejor porque lo que buscan es el bienestar de los animales y no el negoció. No me equivoqué. Llevamos 8 años con nuestro perro y 4 con la gata y estamos encantados con ellos.
Siempre que puedo, colaboro con Ascan, haciendo galletas para perros, o tartas o incluso alguna vez haciendo de casa de acogida para algún perro o gato cuando no tienen sitio.
Y ya que estamos os presento a Coco, en un evento que también organizó ASCAN, el último día de apertura de las piscinas fue de puertas abiertas para perros, una iniciativa estupenda. Al mío no le gusta el agua, en un momento de despiste lo empujé, pero salió rápidamente.
La siguiente foto es la posición preferida de Coco: estar tumbado.
Y esta es Sora.
Aquí camuflada.
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